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martes, 30 de enero de 2007

RGB

RGB.

si fuese un maestro zen o un vagabundo del dharma diría tan solo: somos luz.

pero todavía difiero en contexto de kerouac, así que.

imagina las tres luces primarias.
una roja roja, color labios o color vino o el color de las uñas de unos pies ruvios y femeninos.
una verde verde, color lorca o color princesa o color orion.
una azul azul, color cielo de tarde de primera, color de punto suspensivo, color vaquero.

la primera de las teorías luminicas que recuerdo es que las tres luces primarias proyectadas sobre un fondo negro forman un punto blanco.

llamemos claridad a ese punto blanco.

ahora
imaginemos
un muro negro.

y nosotros tres RGB apuntando con nuestras armas hacia esa pared
que podría ser el mundo.

llamemos claridad a ese punto blanco
que nosotros
formamos.

y sobre el muro, escrito con grietas,
ahora
se puede leer:
"la vida rima, capullo, o me vas a decir que no?".

pues eso.

RGB.

lunes, 29 de enero de 2007

rimas metricas

rima métrica de la línea 1:
(lease bajo acordes de sabina) tirso de molina, sol, gran vía, tribunal.

rima métrica de la línea 5:
(lease como sujeto-verbo-predicado) gran vía, callao, opera la latina puerta de toledo

rima métrica de la línea 3:
(lease con rumbita leré) embajadores de lavapies y sol callao en plaza españa, qué a-ventura, rodriguez.

rima métrica de la línea 4:
(voz en directo, ruido de trenes de fondo) "próxima estación: esperanza"

entre lágrimas suspensivas suspiro yo

posiblemente debiera enseñarte las lineas de mis manos para que veas todas mis intenciones al hacer esto. quiero decir que tendrás deseos de matarme, muy posiblemente, pero había una obligación que me obliga a hacerlo, copiarte y pegarte aquí, porque la vida rima (y esto sí te lo voy a discutir todo el tiempo que te niegues a darme esa sinrazón) y un poco por todo aquello.
ya sabes que los suspensivos son putos y las 6 lágrimas negras son putas y todo rima con orión, que no es un world hecho a secas, sino más bien un lugar donde poder pasear todas las humedades que nos guardamos.
digo que creo en las revoluciones. sobre todo en las de los héroes solitarios, aunque caminen y escriban de tres en tres.
porque no tiene sentido callarse si se tiene algo que decir.
y además LO VEO necesario.
porque no tengo ni puta idea de lo que es el arte, pero sí de cambiarle la vida a la gente con un "golpe de oreja".
así que escuchad, cojones, porque ella tiene muchos algos que decir y estoy arto de ver a ignorantes mirando a otro lado mientras ella trata de miraros a los ojos.
sin con pasión, y con un par, o varios, silvi orion dixit:


Entre lágrimas suspensivas suspiro yo

Menos mal ke no hay ke dar explicaciones de nada a nadie
si acaso rendir cuentas entre nosotros mismos a contracorriente o reloj,
o con o sin o solos o a solas o a soleil o a cadillacs
o tú o él o ella o yo conmigo misma,
rendirnos con banderas piratas
para justificar lo ke viene siendo “nuestro escaneado y tripartito amor”.

No me perdonaría pasar al día siguiente
sin haberme tirado de cabeza por última vez,
asíke, en esta rimada noche de mapas desnortados
yo miro arriba, (al cielo digo) y procuro telepatía;
me calzo mis zapas naranjas de monitora enrollada por bulerías
me mojo en ese ánimo lento marino ke inunda nuestro bardín de la alegría
encharco mi pincel de palabras con las ke dibujar gatos callejeros
de excursión por los madriles del arte sin mito pero contty-go to the end of the word
y me acurruco entre los dos como si fueseis aguja y yo hilo
y juntando las cabezas y los oídos, os digo:
¡cielos, ké altos volamos!
nosotros, ke más bien somos locos bajitos
escuchando al Sabina quejarse de la socarrat.

Fijaos ké imagen tengo en la cabeza:
3 lágrimas suspensivas
=
3 estrellas estrelladas
=
el cinturón de Orión.
El cinturón de seguridad de ke pase lo ke pase
(y esto es muy importante asíke lo emborracho de Negrita y repito como estri-brillo)
pase lo ke pase, ya nos hemos encontrado y ya nos vamos conociendo.
Sois el oasis de mi mapa y todo lo demás eske me da igual
porke no me da lo mismo.

Por mi parte, evidenciado ya mi descontrol
sobre mi vida social, sexual, sentimental y espacio-temporal
(ke mira ke me esforzaba en disimular kién era y a lo ke me dedicaba)
probado y remitido anónimamente mi formato de ser enfant terrible,
ya véis ke lo único ke keda en pie al final del día es mi constelación
¡ke también es tuya, primo!

Asíke pasad de largo de mi cuerpo y amantes cuando ando sin camino
porke en fantástica-realidad el rumbo en las distancias cortas
me lo suele dar vuestro flamenco de lirios,
y aunke es posible ke se me vaya deteriorando el corazón de tanto usarlo
y de tanto rompéroslo,
ahora ke no mira nadie, “la eterna heartbreaker”
os dice
ke es vuestra.

Uve de Vendetta - Ese de sincero


miércoles, 24 de enero de 2007

aora quisiera...

a veces ciertas personas te sorprenden porque las conoces de una forma y luego te las vuelves a encontrar de otra. a alfonso lo conoció mi hermana primero, y acabó siendo mi amigo, por la edad y todo eso. llegamos a hacer un corto juntos, incluso, en el que besaba a marta y quedaba como el malo de película. el caso es que después ha llovido mucho, demasiado, y cada vez que todavía nos vemos seguimos discutiendo que si bunbury o calamaro, porque cada uno tiene sus ojitos derechos en la guantera. el caso es que me lanzó un punch directo via messenger en el que me ofrecía descubrir su mundo al final de la escalera, de extraña escritura y mirada pausada e incluso, espero me permita el adjetivo, nostalgica. lo que ha escritp la última vez es obligada referencia como lectura para un día de tarde y poesía y polvo.
porque todos a veces vamos y otras llegamos, muchas venimos,
y las menos volvemos.


Aōra quisiēra volvēr a granāda. Paseār por sus cālles con ūn nuēvo sms llegādo a mi ilusiōn. I ōtro preparādo en mi cabēza, līsto para tocārte ūn pōco mās.

Aōra quisiēra volvēr a granāda, pasāndo por cōrdoba. Volvēr a hacērme ēsa fōto en la mezquīta con ēsa sonrīsa tōnta que nō podrīa habēr disimulādo ni aunque hubiēra querīdo (i clāro que nō querīa).

Aōra quisiēra volvēr a granāda, soñāndo que estōi volviēndo contīgo. I dejār que los demās –incluīdo yō mīsmo– se rīan de mi tontēz mientras se muēren de envīdia qüando me vēn pegār ūn brīnco cada vēz que me suēna el mōvil. cada vēz que suēne qüalquiēr mōvil.

Aōra quisiēra volvēr a granāda, escribiēndote ālgo en griēgo, o dāndomelas de bōrde, o qüalquiēr ōtra cōsa que se me ocūrra para hacērte rabiār.

Aōra quisiēra hablārte, pero me tēngo que conformār con contārte en mis suēños un incuēnto para nō contār. La peōr pārte de la vengānza de mi hermāno.

martes, 23 de enero de 2007

a dios le gustaba el circo

estoy seguro de que fue manager de los trotamúsicos antes que cascarrabias regente del mejor bar del barrio de las mil y una maravillas.
además me dejó unas obras completas de girondo, y desde entonces mezclo mejor las palabras.
él sería algo así como una extrapedreste picajoyero borracho, pirado pirata de mareandantes chifladuras, exiliterato que nunca aprendió la palabra delicadeza sino fue por las pecas de la pelirroja.
en fin, un poeta con un huevo de talento (el izquierdo para ser más exactos) y el otro lleno de toda la cerveza que un cuerpo pueda tolerar.
porque así te veo: apoyado en la pared del final de la barra del bar, con la cabeza gacha que solo levantas para beber la cerveza a tragantazos, mientras respiras como bien puedes escuchando a tu manera lo que otros berreamos desde el metro cuadrado que nos cedes cada miércoles.
se llama carlos salem, tiene un bar llamado bukowski, y es un hijoputa con pintas al que nunca perdonaré que una noche se metiera con calamaro.




Los murmullos rebotaban contra la carpa, que era muy alta. La más alta que había visto en mi vida. Los asientos se iban ocupando, porque era la primera función del gran circo en la ciudad. Y era un circo verdaderamente grande. De los que sólo actuaban en las grandes ciudades o en la capital. Todo el mundo estaba ahí, aunque las entradas eran caras, y los adultos vestían sus mejores ropas, como si fuera una fiesta. Yo iba de mal humor, mi hermanita se llenaba los ojos con todo, igual que un rato antes se los llenaba de lágrimas pensando en el Abuelo, mis tíos me señalaban detalles para sacarme del silencio, y el Viejo se enfadó un par de veces porque yo no ponía nada de mi parte.
Salió un tipo vestido de gala, pero con lentejuelas brillantes y rojas en las solapas, y nos dijo que nos preparásemos para asistir al espectáculo más grande del mundo. Todos los presentes en la carpa aplaudieron menos yo.
El espectáculo más grande del mundo me importaba una mierda y seguía pensando que no teníamos nada que hacer en el circo, mientras el Abuelo se moría a mil kilómetros de distancia.
Salieron payasos y los reflectores los seguían mientras intentaban pegarse. Los reflectores eran como un ojo de dios en la oscuridad de la carpa y yo me cagaba en dios porque el Abuelo se estaba muriendo.
El Abuelo no había tenido suerte en el amor, acaso por esa cara de bueno, o porque no había aprendido a tiempo que si eres buena persona estás pidiendo a gritos que te jodan.
Era carpintero y cuando yo nací cruzó la ciudad con una cuna enorme y pesada que no le dejaron subir en ningún transporte. Dejó una puerta a medio colocar para venir a conocerme, y aunque era riguroso en su trabajo, no volvió a colocarle la puerta a esa vieja hasta tres días después, cuando se le pasó la borrachera.
El Abuelo sabía el nombre de la estrellas y cuando yo era más pequeño y las llamaba por su nombre, yo sentía que la estrellas eran amigas del Abuelo. Hablaba poco y nunca presumía. Todo lo que contaba lo contaba con gracia, salvo cuando hablábamos del Che. Entonces se ponía serio y miraba el póster que colgaba en el cuarto que compartíamos, frente a una lámina con la historia de las Revoluciones que ocupaba toda la otra pared. Y hablaba del Che o me leía un trozo de su diario en Bolivia. El Abuelo no creía en dios. Creía en el Che, que al menos tenía cara, “tenía un par de cojones”, y te miraba desde el póster.
Los payasos se fueron, a seguir pegándose bofetadas en su camerino, y salió una chica muy linda, que hacía cosas con un caballo. Bailaba sobre el caballo, daba saltos mortales, giraba apoyada en una mano. El caballo era blanco y muy bonito, pero tenía cara de aburrido y soportaba el ojo del reflector como yo toleraba los intentos del Viejo y de mis tíos por animarme. Me decían que pensara en otra cosa.
En qué otra cosa.
A mil kilómetros, el Abuelo agonizaba y la palabra cáncer era tan grande que podía tragárselo a él y al resto del mundo. Sin el Abuelo el resto del mundo era una mierda, incluso el mago que sacaba cosas de su sombrero y cortaba por la mitad un cajón con una chica dentro. Pensé que no me gustaba el circo, que era todo lo contrario del Abuelo. La magia del Abuelo era una magia chica, sin galera ni reflectores. Pero hacía que las cosas ocurrieran y si le dabas un árbol, él te devolvía una silla para sentarte a leer.
Mamá estaba con el Abuelo, en la capital.
Llevaba meses ahí, y aunque el Viejo me dijo esa noche con lágrimas en los ojos que se iba a poner bien, sabía que moriría pronto, tal vez mientras estábamos en el circo viendo al mago hacer desaparecer a su ayudante, que tenía la misma mirada del caballo y se moría de ganas de desaparecer de verdad. Aplausos. Todos aplaudían y yo lo intenté para que dejaran de mirarme como si el enfermo de cáncer fuera yo y no el Abuelo recogiendo su vida a mil kilómetros de distancia. No me salió. Fingí que aplaudía y los miré y ellos aprobaron y los odié. Todo está en manos de dios, me había dicho el Viejo y yo dije que entonces la cagamos y él me miró raro y dijo otra vez que me parecía tanto a mi madre.
Dios. Yo no sabía rezar. Nunca supe. Pero en las películas había visto mil veces que decían que lo importante no era la fórmula sino el sentimiento con que pidieras.
Pedí, mientras un contorsionista, en lo alto de una plataforma, se doblaba hasta lo imposible y pensé que podría morderse sus propios huevos y deseé que lo hiciera.
Llamé a la puerta de dios, desde esa butaca del circo. Le dije que no se llevara al Abuelo ni esa noche ni hasta dentro de mucho tiempo, que me llevara a mí.
Dios había salido a comer o ya habría cerrado la oficina, porque no me respondió. Pero a causa de mi cultura de televisión americana, pensé que era porque no podía aceptar el trueque. Yo acababa de cumplir los doce años y tenía que vivir mucho más, para que él me pudiera gastar todavía unas cuantas putadas.
Entonces le propuse que se llevara a otro. A uno que no hubiera vivido de sus manos, que no se riera de aquella manera, ni usara para los días de sol un sombrero de explorador, ni guardara en una maleta vieja de siglos sus libros preferidos y gastados.
A uno que no hubiera aprendido a leer por su cuenta, a fuerza de voluntad y ganas de saber, a uno que no rogase para no morir antes que Franco, porque volver a su tierra no le importaba tanto, pero sí vivir un minuto más que el dictador.
Dios seguía comunicando, pero cuando todo el circo miró hacia arriba, creí que me había contestado.
Eran los trapecistas. Dos hombres y una mujer.
Empezaron a volar y eso sí me interesó, hasta que bajé la mirada y vi la red. Un rato después, el de las solapas rojas dijo por el micrófono que pedía silencio absoluto en la sala, porque cualquier distracción podría causar la muerte del artista. Y quitaron la red. Sólo el trapecista rubio estaba preparado. Los otros, uno a cada extremo, le enviaban el trapecio y se retorcían las manos. El tipo empezó a volar, alcanzado el otro trapecio en el último instante, después de tres giros en el aire.
Si caía de ahí podía morir, pensé, y le pedí a dios que lo cambiara por el Abuelo, que nunca había jugado en el aire pero me hacía camiones de madera que eran mejores que los juguetes japoneses que un padre marino le traía a un amigo del colegio.
El redoble de platillos anunció un momento especial y el del micro dijo algo de más difícil todavía. El rubio voló hasta un trapecio y desde allí a otro, y a otro, apenas los tocaba con las manos y yo apretaba las mías porque si el trapacista rubio caía al suelo y se partía el cuelo, el Abuelo viviría. En uno de los giros calculó mal y quedó colgando de una mano y yo le di gracias a dios y le prometí que creería en él y también que nunca le contaría al Abuelo el trato que había hecho para tenerlo de vuelta en casa.
Hubo un grito.
Dos.
El trapecista balanceó el cuerpo y se agarró con las dos manos y se puso de pié en el trapecio y agradeció los aplausos que estallaron después, y saltó hasta otro trapecio. Durante el viaje hasta casa, el Viejo y mis tíos discutían si el accidente había sido real o estaba preparado. Yo dije que no, que no estaba preparado. Y como fue la primera vez que hablé en toda la noche, ellos callaron.
Esa noche murió el Abuelo. Por la hora que supe después, puede haber sido la misma en la que dios decidió que prefería un trapecista rubio a un carpintero calvo y bonachón.
Y yo decidí que no podía creer en dios.
Porque a dios le gustaba el circo, y en su cuarto, estaba seguro, no tenía un póster del Che.

jueves, 18 de enero de 2007

revuelación 3

lugar: el buckowski club
testigos: un montón de poetas borrachos (y también viceversa) mientras un tipo de pelo largo leía un poema y patty estaba sentada en el suelo.

"...cada mañana
bajo al infierno y el diablo me lee cuentos,
yo solo canto y digo que son poesías..."

Extremoduro.

miércoles, 17 de enero de 2007

miniparides estranyes

creo que esto debería estar aquí. por eso de que el idioma no es barrera ninguna. se llama dani el palau, y bueno, es un tipo al que nunca podré entender cuando escribe pero entiendo que el no pueda hacerse entender conmigo. solucionas: raphsody, que es un sol y bilingüe, hizo la traducción que pongo debajo (con sus coments y excusas).
una joya, en serio.
por cierto, siempre cuento la anécdota de que el día que perdió españa con francia leí esta poesía, y tuve que tatuarme a edding uno de los versos (cual sería sería...?) en el brazo.


autofinançament de l’esperit
a base de somriures de nits.
enfortint l’interior per embestir el present
i atropellar al futur a cada instant.

- sense esperança tot acaba siguent més bonic-

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pot ser l’"èxit" només siga , al cap i a la fí,
una eixida.

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l’únic que m’agrada de ser humà és que em puc riure
de ser-ho.

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m’encanten els jocs de paraules perquè ningú ix perdent.

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m’encisen els encisams però són casos escasos.

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necessite de canviar d’aires…


este ventilador no funciona bé.

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xe! ja he tornat a fer-ho… tot per voler escriure:

ratlla negra al llit, de boli bic…
i ma mare m’ha tornat a renyir…

es veu que no es referx a això quan diu que li agrada llegir al llit.




traducción:


autofinanciación del espíritu
a base de sonrisas de noches.
reforzando el interior para envestir el presente
y atropellar al futuro a cada instante.

- sin esperanza todo acaba siendo más bonito

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puede ser "l´exit" sólo sea , al fin y al cabo,
una salida.


(exit...exito...el verso en castellano pierde la gracia)
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lo único que me gusta de ser humano es que me puedo reir
de serlo.

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me encantan los juegos de palabras porque ninguno sale perdiendo.

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me hechizan las lechugas pero son casos escasos.

(en castellano tb pierde la gracia)
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necesito cambiar de aires…


este ventilador no funciona bien.

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xe! ya he vuelto a hacerlo… todo por querer escribir:

ralla negra en la cama, de boli bic…
y mi madre me ha vuelto a reñir…

se ve que no se refiere a eso cuando dice que le gusta leer en la cama





me he inventado algunas cosas...creo.

un besito dani, como siempre...cojonudo

paralexismo 2

gsus, ese amigo hermano que siempre está ahí, puso este comentario en el primer paralexismo, y yo, que bueno,los coments a veces me parecen demasiados discretos, corto y pego no més.
gsus, gracias de nuevo.



roberto iniesta dijo diciendo "con lágrimas en los ojos,
con el pene ensangrentado,
fue un adiós muy doloroso
pero ya se me ha pasado."

lo que séneca antes había dicho diciendo "La amistad es siempre provechosa; el amor a veces hiere".

o eso creo.

martes, 16 de enero de 2007

paralexismos

no sé si el término existe o me lo estoy inventando, o si existe otro término ya de igual significado. en realidad me la sopla mucho.
así que aquí va el primer paralexismo.

roberto iniesta dijo diciendo "me levanté hasta los huevos de vivir"
lo que pablo neruda antes había dicho diciendo "sucede que me canso de ser hombre".


o eso creo.

sábado, 13 de enero de 2007

jueves, 11 de enero de 2007

pimpollo recalcitrante volante

es un tal "el replicante" y tengo la suerte de compartir con él foro durante los últimos tiempos (y espero los que vendrán). es un tío que lo mismo escribe historias de amor con dos palabras y 300 espacios, que te cuenta la historia de un pimpollo recalcitrante volante (sic). así que esto queda aquí, os recomiendo que busquéis de él la increible historia de bla (que por falta de espacio he sido incapaz de colgar aquí). mientras, dejo al pimpollo haciendo de las suyas...

Gente vestida de foca-gallina
dando vueltas encima de Caterina
el año pasado tomando té
con la pequeña muerte
y este año asesinándola
con un poco de suerte

Bombilla de tres pelos y un guante
pimpollo recalcitrante volante
si por la calle te vuelves pequeñito
toma un poco de esto
aunque sea un poquito

Apaga ya el puto teleinvasor
y vámonos a bailar a las ramas de Matusalem
cuando el ojo de mi mano
mire hacia el pájaro de la colina
será cuando los conos futuros
evacuen en el concepto de belleza

Incansable agente de teletransporte
cucurucho corbata Pepe Picaporte
yo sólo espero el momento
de mi verdad absoluta
en cualquier barra de bar
algún dia llegarà

Música que sale de tornillos en las rodillas
Flan con sabor madera
y toque de verde tortilla
necesito plasmar mi existencia en tus pechos
con pintura, o algo.


artechos de más

-la cara de miguel cuando silvia leía.

-amornica diciendo a gsus que sí, que sí quiere una cerveza.

-patty mordiéndose el labio superior mientras agacha la cabeza y mira hacia arriba.

-mis padres discutiendo en un atasco a la entrada de Madrid, con el coche calado y millones de bocinas de fondo.

miércoles, 10 de enero de 2007

artechos de más 1

"artechos de más" son hechos artístisticos de la vida diaria, acciones que no se registran si no es en ese registro que llamamos recuerdo.
aquí comienzo con unos cuantos artechos vividos ultimamente durante las ultimas semanas.

- Frontela contando cómo moriremos cada uno de los colegas de palencia.
- Lorena y Vero convenciendo a ruiz (y lograndolo) de que venga a madrid el próximo fin de semana.
- pasar con patty por sol mirando la luna.
- Fran Acaso retorciendo el gesto en busca de una frase para terminar una poesía colectiva en la cena del día 2.
- dano bailando y empujando a los tipos más duros de palencia, mientras se moría de la risa a las 4 de la mañana en el universonoro.
- 10 vinos de 40 céntimos puestos en fila y dispuestos para ser bebidos de un trago en una barra manchadisima de rojo.

revuelacion 2

lugar: mi cama.
complices y/o testigos: patty.

"...que las penas compartidas contigo son menos penas..."
miguel dantart.

jueves, 4 de enero de 2007

revuelaciones

lugar: el salón de mi casa.
cómplices y/o testigos: lorena y patty.

"...qué subidón de soul,
que ataque de anarquía en el corazón..."
(jesús cifuentes)

No puedo dejar de mirarte


miércoles, 3 de enero de 2007

blues de la autosuficiente

a paola cescon la conocí como se conocen a todas las personas: de puta casualidad. sobre la mesa me puso todas las deudas que tenía con tipos como girondo. así que me colé en el sitio donde ella escribe sus propias intimidiversidades, y lo que descubrí fue una delicadeza con la palabra, una fuerza de mujer que sabe, así sin más, que sabe.
además ha leído y puede descifrarte los entresijos y jeroglíficos de cualquier poema.
de cualquier desvarío.
este es el poema que más me tocó los pulmones, blues de la autosuficiente, y aquí queda. from spain to argentina (su lugar habitual de vida), un abrazo con forma de poesía.

blues de la autosuficiente

Agacho la cabeza, escondo la cobardía
entre papeles y dibujitos que dicen: “ mami, te amamos”
puro instinto infantil de supervivencia, supongo,
más vale mala madre en mano
que una con alitas revestida en roble

para la vergüenza no existe maquillaje
los niños crecen, deponen máscaras,
se dificulta jugar, como antes, a que tenemos brújula
si tan notoriamente perdido está el rumbo,
todo porque Don Atlas se tomó unas largas vacaciones
y le pidió a esta boluda que le sostenga el mundo
entonces yo, niña obediente, que tan magra de pura pena
hago malabarismos con una bola universal que no se achica
y me siento el palito del chupetín que nadie lame

con esa certeza de que el peso me va quebrando
intento andamiajes con letras
sin darme cuenta que tanta angustia
me hizo olvidar el abecedario

P.D: a cada una en la repartija, querida,
tocaron diferentes soledades.

martes, 2 de enero de 2007

el maestro de los hiperbreves

hacer un relato hiperbreve es muy complicado, y este señor lo hace como un buen plato de cocina: los ingredientes justos y en su punto de sal. firma como nestor medrano, le conocí en yoescribo, donde por cierto se saco mucha mierda alrededor de él. lejos de los ruidos de lo tambores, dejo aquí su obra, concisa, hiperbreve. historias contadas en una puta linea muchas de ellas. se aconseja respirar entre relato y relato, tomarse el tiempon de pensar cada uno, y después degustar el siguiente.


EL HOMBRE QUE DORMÍA EN LA LLUVIA

Lo vi con los ojos cerrados y no pude más que escuchar la lluvia que le acompañaba. No había nadie más. Poca gente llegó después del mediodía. Sólo Joaquincito, el hijo de Carmela, preguntó que por qué dormía a esa hora, con tanta lluvia en el barrio. Su padre, mirándolo por última vez sobre aquella cama definitiva, se apresuró a decirle, es que no duerme, hijo: está muerto.

TRÁNSITO

Juan González dejó de ser señor para convertirse en difunto una mañana de domingo.

LA PRUEBA DE LOS MACHOS

A Federico lo tocó una mujer cuando apenas anochecía. Ya era un hombre al día siguiente.

YA NO EXISTE LA MONEDA

El hombre no soportó más. Había vivido con dos caras toda la vida; cuando intentó despojarse de una de ellas, la falsa, ya no había rostro en su cabeza.

LA MORTIFERA VELOCIDAD DEL TIEMPO

Todo ocurrió en dos instantes. En el primero de ellos desenfundó la pistola; en el segundo, cayó tieso con una bala en la frente.

lunes, 1 de enero de 2007

ayn

que alguien empiece un texto con una frase de Ángel Gónzalez en la cabecera quiere decir que, al menos, el susodicho tiene carta de presentación para quer le escuche. en este caso es un fémina, responde al nombre de Alzhu (si he leído bien), tiene un blog con un nombre tan interesante como comemeelcorazón, y creo que describe a la perfección esa cosa tan rara que a veces nos sucede de enamorarnos (mira que nosotros también manda cojones). en fin, que aquí lo dejo. porque no me digan. después de leerlo, que no es la ostia.


Ayn
"Ninguna era tan bella como tú durante aquel fugaz momento en que te amaba: mi vida entera" (Ángel González)

Juguemos a leernos poemas de poetas que no se suicidan antes de los treinta. Y busquemos películas francesas que hablen de amor no kamikace. Que a nosotros eso de amarnos se nos da de maravilla, aunque a veces, entre copas, rompamos algunos cristales. Que te quiero bien, amor, y te quiero siempre, ya lo sabes. Hagamos trucos de magia como los de esta noche, y yo desaparezco de tus manos para que empieces a buscarme por todos los rincones. Y que me encuentres, que me veas sentada en una de las esquinas de este inmenso pasillo con una sonrisa en los labios, y en los ojos las manos, pensando que así te despisto, que no me sabes de memoria ni a ciegas. Querámonos así todos los días, como algunos sólo aciertan a quererse un instante. Que tú y yo somos un caso aparte, una constelación perdida, la más limitada de las series.

maría

alfredo de hoces fue el ganador del premio de novela de yoescribo, esa página de literatura por internet. tiene el sentido del humor más preciso que conozco, es extraordinariamente analitico y cinico a la vez, y a veces se pone serio y escribe cosas como esta. en su blog comenta que la edicion de su libro "fukowski, memorias de un ingeniero" está agotada, y bueno, el tío es un crak, y esto es "maría", un relato de esos, ya sabéis, sí, de esos.


La recuerdo perfectamente, porque me dolía. Me dolía en el alma. Tendríamos unos ocho o nueve años, calculo. Yo era un niño tranquilo al que todos trataban bien. Ella era una niña feliz, pero yo intuía, por lo poco que sabía del mundo, que estaba destinada a sufrir. Aquello me mataba por dentro; la observaba y siempre me entristecía.

María era la personificación de la inocencia. No se podía adivinar si era guapa; su cara se ocultaba tras unas enormes gafas con un parche en uno de los cristales, y su gran sonrisa dejaba ver una dentadura mellada que le rompía el rostro. Sus andares eran torpes, despreocupados. Las demás niñas empezaban a preocuparse por su aspecto, jugaban a ser presumidas y arrogantes, se unían en grupos de los que María siempre estuvo excluida. Ella no parecía darse cuenta.

Siempre la recogía su madre a la salida del colegio. Era una señora de semblante serio, y a juzgar por sus arrugas la vida parecía haberle pasado la factura. Mientras llegaba la hora de la salida los padres de los demás niños charlaban entre ellos, hablaban de las notas de sus hijos, de los listos que eran, de lo lejos que iban a llegar. La madre de María siempre guardaba silencio. Cuando salía su hija la besaba con ternura, la cogía de la mano y echaban a andar. Yo me quedaba mirándolas. Suponía que el padre de María había muerto y que ella en el mundo sólo tenía a su madre. Deseaba con todas mis fuerzas que a aquella señora nunca le pasase nada; sentía que María sin su madre estaba destinada a la más horrible de las soledades, algo peor que la muerte. Sólo imaginarlo me desgarraba por dentro.

Yo no le quitaba el ojo de encima. Era una niña muy frágil; a veces jugando en el recreo tropezaba y caía al suelo, y se ponía a llorar desconsoladamente llamando a su madre. Yo me acercaba a ella y me quedaba mirándola, sin saber qué hacer, hasta que llegaba algún profesor.

Recuerdo una vez que nos dejaron solos en clase de manualidades. Uno de los niños se acercó a María y le quitó su cuaderno de dibujo. Ella se limitó a mirarle sonriente; él empezó a pasar páginas y a reír con ganas. María no alcanzaba a entender que se estaba riendo de ella. Otros niños se acercaron, y el cuaderno fue pasando de mano en mano. María empezó a comprender: su eterna sonrisa comenzó a desdibujarse de su rostro y una mirada triste e interrogante asomó detrás de sus enormes gafas. Yo sentía que estaban violando su inocencia; fui corriendo hasta su mesa y me hice con el cuaderno. Pasé unas cuantas páginas llenas de mariposas, nubes, arco iris, perros, gatos, pequeñas poesías muy tiernas e infantiles. Los demás niños reían a carcajadas y me gritaban que siguiera con el juego. Yo cerré aquel cuaderno y se lo devolví a María.

Como era de esperar, los otros niños se rieron de mí. Estás enamorado de ella, gritaban. Yo no sabía qué hacer. Me encontraba entre dos mundos enfrentados: uno como yo quería que fuese, el otro como siempre había sido y siempre iba a ser. Traté de escaparme de la situación conservando la dignidad. Miré al improvisado corrillo de niños y dije: ¡anda ya, con lo fea que es!

En la última palabra se me quebró la voz y empecé a notar que algo se descomponía en mi interior. Salí corriendo de la clase, entré al cuarto de baño y vomité hasta el alma. Creo que fue una especie de reacción alérgica a la mezquindad; abrazado al váter vomité con ganas intentado expulsarla de mí para siempre. Me sequé las lágrimas y salí del servicio dejando atrás una dignidad estúpida y cruel.

Volví a mi mesa deseando que María no me hubiera oído. Nunca supe si me oyó o no, pero ella siguió sonriendo. Jamás he vuelto a traicionar a nadie.

El año pasado, una mañana lluviosa de navidad, iba paseando sin rumbo con mi perro cuando me crucé con dos mujeres. Una era alta, muy atractiva, con vaqueros ceñidos y larga melena. A la otra la reconocí al instante por su semblante serio. A pesar de su avanzada edad, se notaba que aún iba a vivir largos años.

Con María sólo me crucé una mirada fugaz. No me reconoció, y yo no me atreví a decirle nada. Pasé de largo, pero no pude evitar preguntarme qué habría pensado al mirarme a los ojos. Quizás me tomó por otro de tantos hombres crueles y estúpidos.

La vida me ha puesto a prueba muchas veces, pero siempre he conseguido sacar fuerzas de flaqueza y seguir adelante. Porque sé que si consigo conservar mis valores y no caer en la mezquindad, en alguna parte María seguirá sonriendo.