Búsqueda personalizada

lunes, 16 de junio de 2008

La aportación de los Who en las películas de los 70



Cuando hablamos de los años 60 y 70, desde el punto de vista social, no podemos evitar hacer la clásica distinción entre padres e hijos, los “mayores” y los jóvenes, el poder establecido y su rebelión.

La contracultura fue un movimiento de rechazo a la vida que se espera que viva uno, cuyo diseño estaría basado en la seguridad, el consumismo, las oficinas, los horarios, las corbatas… y en general, una serie de pesadillas que pasan como diapositivas ante los ojos de chavales que puede que apenas hayan acabado el instituto y ya se ven viejos y amargados sin haber probado, experimentado, disfrutado, comprendido hasta dónde puede dar de sí en sí la vida, y lo que es más, la suya, ellos mismos. Saborear sus propios límites.

Fue una explosión (por qué no decirlo) sentimental, cuyo argumento se basaba no tanto en lo que se quería sino desde luego en lo que no, y mientras tanto quedémonos aquí tirados que se está estupendamente nada más que viendo las horas pasar, las hojas caer y los discos girar. ¿Por qué no, verdad?
¿No es acaso la vida un cúmulo de tiempo?
¿Por qué siempre hay que estar haciendo algo? Produciendo.
¿Por qué no se nos deja en paz por una vez, libres y tranquilos, con nuestros pensamientos?
A lo mejor es justo eso lo que en realidad queremos.
Y queremos una nueva sociedad, sin vuestras normas.
Sin vuestra injusticia. Sin vuestra competencia sin escrúpulos.

Nos estamos refiriendo siempre a Estados Unidos y la mayoría de países europeos occidentales: Reino Unido, Francia, Alemania, Holanda, Bélgica…
Por supuesto, España estaba librando sus propias batallas.
La consideraremos aparte.

En EEUU nació lo que se vino a llamar “el movimiento Hippie”, término derivado de hipster, que a su vez viene de una de las maneras de llamarse entre sí los distintos grupos/estilos de la época de la Generación Beat (años 50). Significaría algo así como “el que baila”.
El que vive despreocupada y alegremente.

En esta época de cambio, de ansiedad, de ruptura, de búsqueda de la libertad y encontrarse con uno mismo, reconciliándose con sus raíces como ser humano después de tantos años siguiendo el camino marcado con esa ropa que además ni les gustaba ni les representaba…
Con esa sensación de haber pecado respecto a la Naturaleza y con un odio acumulado que no saben bien cómo quitarse de encima…
entre tanta confusión, empiezan a ponerse muy de moda las drogas.

No hay que olvidar lo vulnerable que era esta gente.
Los hippies de California, los mods y rockers de Inglaterra, los siempre tan intelectuales francesitos adinerados que al final todo se queda en charlas de cafetería…
No dejaban de ser de las primeras generaciones que se rebelaban contra los cánones, los conejillos de indias que querían conseguir el derecho a ser ellos mismos y punto, destapando tabúes “morales” como la sexualidad, el inconsciente, la intensidad…
cosas con las que ahora convivimos. Lucharon por ellas. Se lo debemos.

A raíz de este contexto, podemos esperar un manifiesto artístico sin precedentes. Música hecha desde las entrañas, desde la psicodelia (“que manifiesta el alma”).
Música hecha por y para la juventud, desde la experiencia y experimental.

Es aquí que nos referiremos a Quadrophenia y Tommy como representaciones de lo que estaba pasando por medio de innovadoras óperas-rock.
Las hicieron The Who; hablemos antes un poco de ellos.

Tras probar un par de nombres fallidos (The Detours y The High Numbers), la banda londinense formada en 1962 se dedica en cuerpo y alma a encontrar su sonido.
Parece mentira, pero aun a día de hoy vemos claramente la importancia de la estética de un grupo casi antes que cómo suenen.
En este caso, The Who solucionó el asunto rápidamente: declarándose abierta y orgullosamente esquizofrénicos, siendo unos gamberros muy enfadados y sobre todo y de lo más importante, teniendo uno de los bateristas más salvajes que ha escuchado el rock&roll. Keith Moon. Hasta el nombre es bonito.

Triunfaron tanto aquí (Europa) como allá (Estados Unidos) desde el principio. Rompían las guitarras en los escenarios. Se lo creían, fuesen o no hasta arriba de anfetas. Fueron hippies y luego mods. Todo cuestión de trapos.
Fueron (y supongo, siguen siendo, aunque ya nada sea lo mismo) de los grupos de aquella época más interesados de verdad en el arte. El arte como clímax y expresión necesaria.

Tommy fue el cuarto disco de estudio del grupo, una ópera eléctrica que salió de la cabeza de Townshend (el guitarrista) en 1969.
En 1975 Ken Russel - director autor Invasion of the Not Quite Dead -,
la adaptó al cine. Hubo mucha controversia.

Narra la historia de un niño autista al que o todo el mundo procura ayudar, o le menosprecia. Físicamente está perfectamente, lo que pasa es que de pequeño pilló a su padre liándose con la criada en vez de con su madre, y se le quedó grabado como trauma psicológico.
Aunque en principio no lo recuerda.

En relación a la época de esta producción, diremos que no se había visto nada parecido hasta el momento. Ni musical ni en cuanto a temática.Fue, por tanto, comentadísima desde el amor y desde el odio.
El hilo de la película está pensado desde el disparate, la exageración, la sobreactuación, etc…
Por lo que habrá cuando a todos nos duela la cabeza.
Ya se sabe, es muy leve la línea que separa lo genial de lo ridículo.
En este caso, a veces nos vuelve un poco locos, pero lo que en verdad nos está contando Townshend de manos de Russel, es una crítica a las drogas (aunque el baterista de su grupo las consumiera y le acabara dando una sobredosis de pastillas), y la reacción caricaturizada de la sociedad.
Como si de una parodia se tratara. Personajes deformes, invisibles, como si sólo representaran el dinero, la lujuria…
Y te hace pensar si es que acaso no son ellos también una forma de drogadicción.

¿Quién está más enfermo, Tommy, por ser sordomudo y ciego
o la alcohólica despechada, el público embrutecido, el propio médico?

Y por otra parte, está Quadrophenia.El retrato de una época. Los mods contra los rockers. Jóvenes perdidos creyendo que encontrarán su personalidad perteneciendo a un grupo absolutamente cerrado y definido. Basado en hechos reales.

Película llevada a cabo por Frank Roddam (ópera prima) en 1975, tras la publicación del álbum de la banda dos años antes.

Es la historia de Jimmy Cooper. Un bala-perdida más en Brighton cuando era Brighton, como quien dice. Todos recordamos Brighton por esta época, los años 60, cuidado al salir a la calle.
Anfetas, sexo cuando se puede, mantener el tipo, aparentar ser alguien, llevar la pinta que te identifica, la moto tuneadísima, la gabardina, las chapas… y luego está la música. Hay que sentirla.

Representa el momento de la vida en el que uno cree estar tocando fondo, aunque no le haya ocurrido ninguna desgracia concreta, sólo se ha hecho mayor. Odio a los padres, experimentar con drogas, ver quiénes son tus verdaderos amigos y si están dispuestos a jugársela por ti llegado el momento…

Toda la obra lleva como hilo conductor la esquizofrenia que padece Jimmy. De ahí el título: quadro-phenia. Significa que su personalidad está dividida en cuatro. Las de los componentes del grupo: Keith Moon (batería), Roger Daltrey (voz), John Entwistle (bajo) y Pete Townshend (guitarra y principal compositor).
Las más extremas. Cada uno con sus cuelgues, sus delirios y sus excesos.

El final de la película ha suscitado siempre mucho debate.
Jimmy acaba o tirando la Vespa por el acantilado (mandando al infierno a la “cultura” mod, simbólicamente) o suicidándose.

Esto se debe a que en esa escena no vemos el cadáver de Jimmy, aunque fuese trucado de alguna manera ya verle yaciendo en el suelo desangrado.
No haría falta verle estrellarse de verdad como vemos a la moto.
O de alguna otra manera podrían haberlo resuelto, si quisieran.

Y por otro lado, al principio de la película le vemos volver de lo que se supone que sería ese mismo acantilado.
¿Se trata, entonces, de un flashback? No lo dejan claro.
¿Jimmy vive o muere? Es importante.

En todo caso, esa ambigüedad a la hora de contar las consecuencias no deja de ser brillante. Es muy significativo dejar el final abierto. Nadie tiene la respuesta correcta, es según se mire, es eterno.

Los Who evidenciaron en estas películas (en los discos, más bien) su capacidad melódica, usando todo tipo de instrumentos de cuerda (como violines) y viento (como flautas traveseras) sin miedo a quedar tachados de que no hacían rock&roll, como por supuesto les pasaría.
Y en ese sentido, acercaron la música hasta entonces “de culto”, (las sinfonías clásicas) a la juventud, así como estas dos lecciones morales de cara a la sociedad.

Bueno, mejor os dejo ya con ellos. Juzgad vosotros mismos:

Baba O'Riley (The Who)
http://www.youtube.com/watch?v=hKUBTX9kKEo

jueves, 12 de junio de 2008

mi vida en un momento robado

Dylan hace las maletas cada noche, porque no sabe dormirse de otra forma.
y sueña con hoteles en remojo,
con lineas de carretera, con cunetas llenas de guitarras.

Dylan se afeita en el retrovisor de su coche, porque el espejo del baño solo ha visto la pared de enfrente, "y eso es muy poco para tanta barba" recita en inglés cansado.

Dylan extiende el pulgar de la mano cuando de lejos ve una autopista,
y se fuma un pitillo nostálgico que le llena de tierra el sabor de la boca.

Dylan pone cara de idiota cada vez que pregunta ¿qué es eso? cuando le dicen que si quiere el billete de vuelta.

así, esta es su vida en un momento robado, con ustedes, Bob:


Duluth es una ciudad minera de Minnesota
construida sobre un acantilado rocoso que lleva al lago Superior.
Yo nací allí -mi padre nació allí-,
mi madre procede de la Cordillera del Acero más al norte.
La cordillera del acero es una larga hilera de ciudades mineras
que comienza en los Grandes Rápidos y termina en Eveleth.
Todavía era pequeño cuando nos mudamos a Hibbing para vivir
con los parientes de mi madre.
Hibbing tiene la mina al raso más grande del mundo
Hibbing tiene escuelas, iglesias, abacería y una cárcel,
se juegan partidos de fútbol entre colegios superiores y tiene un cine
Hibbing tiene coches preparados que corren a todo meter
los viernes por la noche.
Hibbing tiene bares en las esquinas con bandas de polka,
puedes ponerte en un extremo de la ciudad en la calle principal
y ver claramente los límites de la ciudad en el otro extremo.
Hibbing es una buena ciudad,
huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15½, 17 y 18 años
fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una
escribí la primera canción para mi madre y la titulé "A mi madre".
La compuse en quinto grado y el profesor me dio un notable.
Empecé a fumar a los once años y sólo lo dejé una vez
para recobrar el aliento.
No recuerdo que mis padres fueran muy cantarines
al menos no recuerdo haber compartido canciones con ellos.
Más tarde fui a la Universidad de Minnesotta
con una falsa beca que nunca tuve.
Estuve en la clase de ciencias y me suspendieron por negarme a
contemplar cómo muere un conejo.
Me expulsaron de la clase de inglés por poner palabrotas
en un papel describiendo al profesor.
También fracasé en la clase de comunicación por llamar por teléfono
todos los días por decir que no podía ir.
Lo hice bien en español más que nada porque ya lo sabía de antemano.
Para advertirme, me admitieron en un club de estudiantes
me dejaron vivir allí y así lo hice hasta que quisieron que me asociara.
Me mudé por dos noches a un apartamento de dos habitaciones
con dos chicas de Dakota del Sur.
Crucé el puente hacia la calle 14 y me trasladé a una habitación encima
de una librería que también vendía malas hamburguesas,
camisas de baloncesto para sudar y estatuas de perros dogos.
Me enamoré apasionadamente de una actriz que me dio un rodillazo
en las tripas y acabé en la orilla del río Mississippi
con una decena de amigos en una casa ruinosa bajo
el puente de la Avenida Washington al sur de Seven Corners.
Este es más o menos un resumen de mi vida universitaria.
Después hice auto-stop hasta Galveston, Tejas en
cuatro días, tratando de encontrar a un viejo amigo, cuya madre
me abrió la puerta de alambre y me dijo está en el ejército,
cuando se cerró la puerta de la cocina
ya estaba atravesando California -casi en Oregón-
en los bosques encontré una camarera que me recogió
y me dejó en algún lugar de Washington.
Fui bailando todo el camino desde los festivales indios de Gallup,
Nuevo Méjico, al Madri Grass de Nueva Orleans, Louisiana.
Con el pulgar al viento, los ojos adormecidos, el sombrero vuelto
y la cabeza dándome vueltas
vagué a la deriva aprendiendo nuevas lecciones
me fabriqué mi propia depresión,
subí a trenes de carga por divertirme
y fui aporreado por diversión.
Corté césped por veinticinco centavos
y canté por diez.
Hice auto-stop en las autopistas 61-51-75-169-66-22
Gopher Road, la Ruta 40 y la autopista de peaje Howard Johnson.
Me encerraron por sospecha de robo a mano armada,
me arrestaron durante cuatro horas acusado de asesinato
me sacudieron por tener el aspecto que tengo
y nunca hice nada de eso
en algún lugar me tomé el tiempo necesario
para empezar a tocar la guitarra
en algún lugar me tomé el tiempo necesario para aprender a cantar
en algún lugar me tomé el tiempo necesario para aprender a escribir,
pero no me tomé el tiempo necesario para hacer todas esas cosas
cuando me preguntan
por qué y dónde empecé, sacudo la cabeza,
muevo los ojos y me alejo confundido.
De Shreveport llegué a Madison, Wisconsin
en Madison llenamos un Pontiac de cuatro puertas con cinco personas
y salimos disparados hacia el Este y
a las 24 horas todavía íbamos por el Túnel de Hudson
salimos de una tormenta de nieve, dijimos adiós
a los otros tres y seguimos hacia MacDouglas Street
con cinco dólares entre los dos pero no éramos pobres.
Yo tenía mi guitarra y mi armónica para tocar
y él las ropas de su hermano para empeñar
en una semana, él regresó a Madison mientras yo me quedaba para
pasar todo el invierno yendo del Lower East Side
al Gerde’s Folk City.
En mayo, hice auto-stop hacia el Oeste y tomé equivocada la autopista
de Florida, desesperado y cansado me apresuré de vuelta a
Dakota del Sur a costa de mantener despierto todo el día a un conductor
de camión y cantar una noche en Cincinatti.
Visité a un viejo amigo en Sioux Falls y me desanimó
me desgarró e hirió duramente ver lo poco que teníamos que decirnos.
Volví a Kansas, Iowa, Minnesota, visitando a
viejos camaradas y a las chicas de los primeros escarceos y
empecé a darme cuenta de que mi camino y el suyo
eran muy distintos.
Me encontré de nuevo en Nueva York a mediados del
verano, viviendo en la Calle 28 con gente amable,
honesta y muy trabajadora que se portó muy bien conmigo.
Me mencionaron en el "Times" después de tocar en otoño
en el Gerde’s Folk City.
Grabé para la Columbia después de salir en el "Times"
y aún no puedo encontrar tiempo para regresar y ver por qué y dónde
empecé a hacer lo que estoy haciendo.
No puedo decirte quienes influyeron en mí porque fueron demasiados
para mencionarlos a todos y podría olvidar a alguno
y eso no sería justo.
Woody Guthrie, seguro.
Big Joe Williams, claro,
pero, ¿y esas caras que no volvemos a encontrar
y las curvas y las esquinas y los atajos
que se perdieron de vista y quedaron atrás.
Y los discos que sólo oíste una vez,
y el aullido del coyote y el ladrido del perro dogo,
y el maullido del gato y el mugido de la vaca,
y el lamento del pitido del tren?
Abre los ojos y los oídos y quedarás influenciado
y no hay nada que puedas hacer.
Hibbing es una buena ciudad.
Huí de ella a los 10, 12, 13, 15, 15½, 17 y 18 años,
fui cogido y devuelto allí todas las veces menos una.

sábado, 7 de junio de 2008

me muero de vergüenza cuando no he leído una mierda
y con esas... ya te sabes que
a ratos, las erratas del lenguaje porque
tú y yo al otro lado del bagaje, no tener un "todo
para todos a la vez".
duele saber
que el 99% del bar bukowki
se pierde la poesía del mismo
si burrows con barro (libro de oscar aguado)
si tuviéramos la cultura y la comunicación…
universal.
nos entenderíamos cabeza contra cabeza desde canadá
hasta orión, pasando por las estrellas que aún no hemos descubierto.
jodidos libros que nunca existen posibles, jodidos libros nunca abiertos
en ojos lectores cerrados a la fuerza.
porque tú española y yo holandesa en la cúpula de un verso.
porque te entiendo a ratitos aunque me pase con dieces
los exámenes de “tú de allí
y de aquí yo”.
llorar a carcajadas (en castellano en la palabra sonora perfecta)
para escapar de “explicar” dentro de la tragedia,
perder a jim morrison porque sí,
y a jannis y a kurt y a sus cenizas, que mis orígenes
cuando no mi época, no mi catástrofe
… pero se lo sé sentir…
en un segundo de inconsciencia civil.
el amor sin cultura ha sucedido y lo hemos visto.
rabia acumulada entre “lo que poco que me sé
se me queda y es un imposible alimentarte”, lo siento
(demasiado, que yo lo he piyado, y soy el nexo generacional que se entera).
no existe un ser humano capaz de ahorcar al mundo en la belleza.
de ahí las flores, de ahí las ninfas, de ahí la música-si-quieres-entenderla.
y por el camino de entendernos a dos manos
se nos pelan las ganas de que nazca alguien,
uno sólo
que naciera
con el don de la poesía
… para todos.




para elia

jueves, 5 de junio de 2008

cambio productos audiovisuales por promesas de alegría


http://www.youtube.com/watch?v=_zayhwshX9Q&feature=user
lucha necia
http://www.youtube.com/watch?v=BCgYYRL4Q_s&feature=user
http://www.youtube.com/watch?v=gEjUTnjqxIw
sombras

se nos adelantó gsus, gsus siempre delante,
pero nos gusta partirnos el pecho con la cámara
y el alma en cada nueva mañana... que nos dejen.
y aquí os dejo dos cortometrajes de escandar, que serán 3
cuando resuelva youtube,
i do, we move, yes sure...
es un blablabla pero with you.
(próximamente desde la mente de silvi hasta sus pantallas)

http://www.youtube.com/watch?v=IHYQlZcgxyk
también colgamos por los pies
el intento malherido de fotopoemario
siempre cerca violeta castaño
y aprovecho para contaros (esto es super-tipo-blog, qué asco)
que aquelarre poético el 26 de junio,
beer station, daremos more information...
y cosas nuevas y bonitas, y ya verás qué borrachera de fiesta...
http://www.youtube.com/watch?v=b1s7dcWRqqk&feature=user
silvi le dijo a dani, que "primaverano nuestra";
y sólo sé soltaros soles como puños y mordiscos como caricias
orión ýa son varias canciones (empezando por metallica)
y no me quiero repetir, pero habría que componerla.
seguimos a base de metrajes maltratados
dejando clara nuestra huella
en algún lugar infinito de tiempo mentiroso.

besos, todos, pero todos los besos
... desde la vida rima

(ángela y sara en el colegio)-- yo me parto con la chapa en los uniformes...