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sábado, 24 de marzo de 2007

padre de familia

ahora escucho a raphsody igual que otras he puesto el cd de sabina,
y no me preguntes qué relación puede tener todo esto
pero mi hermana se hace su maleta para huir tres semanas a un oasis de comunismo y pobreza
después de 6 años de codos constantes currándoselo a costa de vocación y ovarios.

hablar de mi padre, mientras.
hablar de nuestros padres.

porque ayer me di cuenta de lo alto que he llegado gracias a las manos de ciertas personas,
los abrazos de espaldas inmensas.

imagina que un señor de cerca de 60 años, un currante lleno de cayos y de pasado en la espalda,
un tipo con más calle que cualquier barrendero de hoy en día,
de los de antes,
un tipo que vota a la derecha y tiene una familia y ha salido adelante pringandose más allá de las cuentas bancarias,
y una chica de provincias, morena y guapa,
tímida y siempre reconciliadora,
a la que yo llamo mamá,
contándome por telefono que el viejo, mi viejo, se ha puesto a leer poesías
y ahora está preocupado por mí.

dos llamadas de telefono en dos días tratando de decirnos con silencios te quieros bajitos de tipos duros,
la obviedad de la familia, piensas, pero por qué precisamente a ellos no se lo iba a decir.

las diferencias de personas a las que te uniste el día que creciste sin olvidar toda tu infancia.

esos duros viajeros que pasan,
y a veces te echan los cables que necesitas
y otras
te sujetan la soga para cortarte los sueños.

personas no más, humanos que fueron pequeños y tuvieron que crecer para que tú crecieras.
tipos que se han curtido en mil batallas que siempre ganaron porque son nuestros heroes sin medallas,
son más que ceros a la derecha de un cheque en blanco,
son esos que entre otras muchas cosas, y a veces (la vida obliga) de lejos, nos educaron.

los padres, ellos,
sueñan con nuestros sueños
y por eso también, en ocasiones, nos lo echan en cara.

crecemos
aprendiendo de cada gesto que haces a mi lado,
luego nos vemos perdidos porque dime quién cojnes no lo está,
no sabemos lo que queremos porque tampoco no es necesario,
decimos sí quiero en cualquier parte que no sea un altar,
tratamos de mirarnos en en los espejos porque tenemos sus ojos grabados en nuestras pupilas,

pinches pendejos, se les quiere tanto que da hasta cosa escribirlo,
porque, también deberíamos decirlo, los cabrones hacen que sea dificil quererles,
a veces,
así de esta forma,
así como siempre,
me vuelvo a quedar callado
viendo la imagen de mi padre sentado en la mesa de familia
pensando
y pienso
este hombre
no podrá entenderse conmigo fuera de nuestra propia relación rollo "circulo cerrado"
pero,
y trato de ser sincero,
no me parece tan importante entederme con mi padre
mientras siga, como solo él sabe, a mi lado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces los silencios son incomprensibles y a veces queremos gritar y a veces necesitamos ... sólo eso, necesitamos. Hay cosas que son imposible comprender del todo, pero llegará su momento, justo cuando se tiene un hijo y todo cambia y donde digo digo, digo diego.... Diego López. Mil besos chiquillo. Reyes.