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sábado, 29 de noviembre de 2008

feromonas

Comenzó a sentir las temidas en ese momento sensaciones de calor en la vagina y zona pélvica, las pequeñas descargas eléctricas que empezaban en el clítoris y se extendían por todo su cuerpo. Había comenzado a correrse.
De inmediato su mente se quedó en blanco por completo y empezaron las contracciones en la vagina, útero y ano que se fueron extendiendo a sus muslos y vientre. Estos espasmos fueron particularmente intensos al principio, llevándola a inspirar aire a tope y muy seguidamente, lo que hacía que sus pulmones se hincharan y vaciaran en décimas de segundo. Todos menos González se apartaron de ella para ver ese espectáculo tan hermoso. Una mujer de 20 años con ese cuerpazo y corriéndose es de esas cosas que uno no puede dejar de ver a lo largo de su vida.


(extracto extraído en un relato pornografico de internet, autor anónimo)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo escribiste tú mismo. ¿No ves que yo lo veo todo?